En el segundo critérium de pesca a mosca desde embarcación, nuestros socios tuvieron que enfrentarse a un calor asfixiante que no solo afectaba a los pescadores, sino también a las propias truchas, que se mostraron especialmente esquivas.
A pesar de todo, la destreza y el esfuerzo de los participantes les proporcionó nada menos que 53 capturas, entre ellas una trucha realmente impresionante de 64 cm.
Como dato curioso, esa gran trucha se pescó en la misma zona donde ya se había capturado con ocasión de certámenes anteriores, lo que vuelve a confirmar que manipular las capturas con cuidado no solo es ético, sino que también reduce su estrés y con ello favorece su supervivencia; en definitiva, un buen ejemplo de cómo la pesca puede convivir en armonía con la conservación.


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